Según datos del Ministerio de Comercio e Industria de la India, las importaciones del primer trimestre de 2024 disminuyeron 37% respecto al mismo período del año pasado y los datos más recientes de abril y mayo muestran una tendencia similar.

Las importaciones de madera de la India se contrajeron entre enero y marzo de 2024, y no se trata solo de madera, utilizada en marcos, pisos, paneles de paredes y marcos de ventanas, sino que también ha caído la importación de muebles y madera rolliza.

En esencia, los comerciantes están tomando menos madera durante los meses de mayor actividad de construcción (setiembre a marzo) que el año anterior, lo que supone una enorme reversión del aumento del 137% entre 2022 y 2023.

La India, como uno de los 10 principales importadores de productos de madera del mundo, ha sido señalada como un importante mercado en crecimiento productor de madera en rollo, madera aserrada y muebles, y la OIMT proyecta que la madera en rollo crecerá un 70%, de 57 millones de metros cúbicos en 2020 a 98 millones de metros cúbicos en 2030, impulsado en gran medida por un aumento de la actividad de la construcción.

Según el Centro Indio para la Ciencia y el Medio Ambiente, la demanda de madera del país en 2022 fue de 63 millones de metros cúbicos: 30 millones de metros cúbicos para la producción nacional y 33 millones de metros cúbicos de fuentes importadas.

En cuanto a Australia, Nueva Zelanda, Canadá, Estados Unidos, Brasil e incluso Uruguay, los importadores indios han sido agresivos en el mercado, dominando los pedidos de exportación.

Ayer viernes la Sociedad de Productores Forestales llevó a cabo su evento de fin de año titulado “Actuar hoy, pensando en mañana” en el que tres académicos (Walter E. Baethgen, Orlando Rojas y Juan Pedro Posse) llevaron adelante una destacadísima jornada de intercambio sobre la sustentabilidad, cambio climático, bioeconomía y cómo la forestación se inserta de forma transversal en todos estos temas.

En una primera instancia Baethgen dejó en claro que a nivel mundial la principal causante de gases de efecto invernado es el sector de la energía —contrario a lo que muchas veces se afirma—, pero en Uruguay no es así, siendo el sector agropecuario quien más aporta emisiones, con el metano como el gas más importante. Baethgen alegó que los motivos de esto son la reducida superficie de Uruguay, la excelente matriz energética y su pequeño parque industrial. El investigador que desarrolla tareas en numerosas instituciones nacionales e internacionales dijo que, si bien la producción ganadera tiene responsabilidad en estas emisiones, no sería el eslabón más pertinente de atender para modificar esta situación y apuntó a mejorar las ineficiencias en el sector de combustibles fósiles.

Por su parte, Rojas presentó una mirada sobre la bioeconomía y sobre cómo los productos forestales tienen un futuro promisiorio en este tema debido a la numerosa cantidad de productos que se puede obtener a partir de fibras de madera, por ejemplo. Rojas se refirió a la necesidad de generar bioproductos con un valor agregado a partir de la industria forestal y cómo la investigación, entre academia y privados, puede generar una sinergia muy postivia en este sentido.

Por último, Juan Pedro Posse, de larga trayectoria en la academia y en el ámbito privado, dio una mirada sobre la forestación hacia adelante, haciendo hincapié en la necesidad de tomar acciones hoy para ver las repercusiones positivas en el futuro. Mencionó la necesidad de generar índices de sitios, continuar inviritendo en I + D y destacó las oportunidades que hay para seguir creciendo tanto en fase primaria como industrial.

Esta jornada vuelve a demostrar como el sector forestal en Uruguay no solo apunta a un camino de sustentabilidad y desarrollo, sino que genera un derrame en el resto de los sectores muy positivo.

Se puede ver la jornada completa en este video: