Investigadores de la Universidad de Estocolmo han presentado un sistema de revestimiento de madera de origen totalmente biológico que podría transformar la industria de la construcción al ofrecer una alternativa sostenible a los revestimientos sintéticos de origen fósil. Inspirada en las funciones protectoras de la corteza de los árboles, esta solución innovadora utiliza componentes procedentes de la corteza de abedul y de la picea.
La investigación, publicada en la revista Materials Horizons, se alinea con el compromiso de Europa de mejorar la eficiencia de los recursos en el sector de origen biológico. El nuevo revestimiento combina ácidos suberínicos de corteza de abedul y polifenoles de corteza de picea, formando una suspensión acuosa que es segura y fácil de aplicar a las superficies de madera.
Los polifenoles desempeñan un doble papel en la estabilización de los ácidos suberínicos insolubles en agua y, al mismo tiempo, actúan como nanocargas para mejorar las propiedades mecánicas del revestimiento. “Cuando se aplicó a los paneles de madera de abeto, el revestimiento de base biológica mostró una resistencia al agua impresionante, superando a los revestimientos sintéticos convencionales incluso después de una exposición prolongada al agua”, explica Fengyang Wang, el primer autor de la publicación.
Mika Sipponen, el supervisor del proyecto, destaca que la corteza de los árboles, que a menudo se quema para obtener energía, puede ser en cambio un recurso valioso para la protección de la madera. Esta innovación aborda una necesidad crucial en el sector de la construcción, donde los revestimientos de madera tradicionales con frecuencia contienen compuestos peligrosos y dependen de productos químicos de origen fósil. El nuevo revestimiento proporciona una alternativa ecológica sin sacrificar el rendimiento.
Nuestro enfoque no solo reduce la huella de carbono de los materiales de construcción, sino que también crea una solución circular y sostenible en el procesamiento de la madera”, explica Sipponen.
Colaboración para un futuro más verde
Aunque la química de los materiales se desarrolló en la Universidad de Estocolmo, el equipo de investigación colaboró en toda la cadena de valor, desde el suministro de corteza hasta el procesamiento y las pruebas de rendimiento. “Si bien la corteza está disponible localmente en grandes cantidades, es fundamental trabajar con varios expertos”, enfatiza el investigador Ievgen Pylypchuk.
Este avance respalda la creciente demanda de materiales renovables y sostenibles en las prácticas de construcción modernas, posicionando a la madera como un material de construcción más responsable con el medio ambiente y reduciendo el impacto ambiental de los recubrimientos protectores.