Tras un comienzo relativamente estable del segundo trimestre, el mercado de softwood en el Reino Unido comenzó a observar leves aumentos de precios en abril debido a una disminución en la disponibilidad de trozas para aserrar. Las severas condiciones climáticas, incluidas fuertes lluvias y tormentas en el norte de Europa, el principal socio comercial de madera aserrada de Gran Bretaña, dejaron los suelos de los bosques demasiado blandos para la extracción de troncos, lo que provocó que los aserraderos experimentaran escasez de materia prima y longitudes específicas necesarias para la construcción.
El consumo de abril se vio gravemente afectado por las inundaciones, que perturbaron las obras de construcción en el Reino Unido y ampliaron la desaceleración de la construcción respecto al primer trimestre. Se preveía que, con la llegada de un tiempo más cálido y seco en mayo y junio, la demanda aumentaría, impulsando la confianza entre los comerciantes e importadores.
Contrariamente a estas expectativas, la demanda mostró poca mejora, lo que provocó un efecto dominó de ansiedad en toda la cadena de suministro. Los distribuidores con inventarios que incurrían en cargos de alquiler de muelles sintieron la presión de reducir los precios para mantener los volúmenes de ventas. El precio de la madera comenzó a bajar, acercándose a los niveles observados en febrero y marzo. Para los transportistas centrados en mantener su cuota de mercado, esta situación era terrible, ya que la feroz competencia por cada pedido conducía a márgenes de beneficio nulos.
Promediando julio y con el Banco de Inglaterra manteniendo las tasas de interés en el 5,25%, la construcción de viviendas sigue siendo lenta y los comerciantes informan de una demanda inconsistente de materiales. Existen variaciones regionales, pero en general, la actividad está rezagada.
A pesar de la actual debilidad del mercado, persiste una escasez subyacente de trozas de madera para aserrío tanto en Suecia como en los Estados bálticos. El aumento de los precios de los troncos en Letonia ha alejado a muchas fábricas de producir, ya que los costos superan las ganancias potenciales. Algunos productores suecos de madera para carpintería han trasladado parte de su producción a las carcasas, con la esperanza de ganar cuota de mercado cuando las condiciones mejoren. Hay optimismo en que una eventual escasez podría llevar los precios a niveles sostenibles y rentables.